Cuando vino la luz
Cuando vino la luz Estábamos ciegos, sumidos en la oscuridad sin saberlo. Creíamos tener el control de vidas y haciendas, de leyes y ritos, de corazones y cuerpos. Confundíamos realidad con deseos, llamábamos verdad a lo que solo eran sueños Hasta que se hizo la luz, y empezamos a vislumbrar grietas en las paredes, arrugas en el alma, lágrimas en el rostro, flaquezas en la entraña. Hubo quien, entonces, temió que el fulgor desvelase solo miserias, y optó por cerrar los ojos. Pero el que se atrevió a mirar descubrió, más allá de las heridas, una presencia distinta, un amor sin cadenas, a Dios... Dios es el que late en lo hondo y da sentido a las batallas cotidianas. (José María R. Olaizola, sj) rezandovoy