El espera simplemente que nosotros vayamos hacia El

Romano Guardini […] dijo a menudo que él sabía que Dios le preguntaría por su vida en el día del juicio para, también a su vez, hacer preguntas Dios: la pregunta por el porqué de la creación y por todo lo incomprensible que, como consecuencia de la libertad para el mal, ha surgido en ella. El juicio significa que se hace a Dios esta pregunta. Hans von Balthasar lo expresa así: los defensores de Dios no convencen, Dios tiene que defenderse a sí mismo. «El hizo esto una vez, cuando el resucitado mostró sus llagas… Dios mismo tiene que plantear su teodicea. Tiene que haberla formulado ya, cuando ha dotado a los hombres de libertad (y con ello de tentaciones) no para él, para proclamar su ley.» El día del juicio el Señor, en vista de nuestras preguntas, mostrará sus llagas y nosotros comprenderemos. Pero, entretanto, él espera simplemente que nosotros vayamos hacia él y confiemos en el lenguaje de esas heridas suyas, incluso si no somos capaces de comprender la lógica de este mundo.

La Eucaristía, centro de la vida, Benedicto XVI, Edicep, Valencia, 2005, p. 163.

p. 142 Orar

Entradas más populares de este blog

B-El sendero (Biblia) de la vida recta

12. La flagelación de Cristo

Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora