Jesús orienta los pensamientos de los suyos hacia lo verdadero
De esta manera, Jesús orienta los pensamientos de los suyos hacia lo verdadero. Arraiga sus discípulos en lo que no puede ser destruido. Y desprende de ellos lo no verdadero: las autoridades aparentes; el juicio del sabio, poderoso, del aferrado a las tradiciones de este mundo; la oposición de los órdenes sociales y económicos existentes; los peligros para el cuerpo y la vida; la pérdida de posesiones. Por este camino Él los prepara para la lucha; concentra sus fuerzas y les hace tomar conciencia de en qué cosas son invencibles.
Guardini, Romano, El Señor. Meditaciones sobre la persona y la vida de Jesucristo, Lumen, Buenos Aires, 2000, p. 236.