La razón no consigue fundar la hermandad

La razón, por sí sola, es capaz de aceptar la igualdad entre los hombres y de establecer una convivencia cívica entre ellos, pero no consigue fundar la hermandad. Ésta nace de una vocación transcendente de Dios Padre, el primero que nos ha amado, y que nos ha enseñado mediante el Hijo lo que es la caridad fraterna.

Carta Encíclica "Caritas in Veritate" del Sumo Pontífice Benedicto XVI, No. 19.

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