Zacarías es un hombre que ora

 [...] Zacarías está aquí descrito con una sola frase: es un hombre que ora. Y esto significa que es un hombre que cree. Y también que es un hombre que espera. O dicho de otro modo: no cree simplemente que tal vez en alguna parte exista un ser superior, del que por lo demás, no sabe nada y que, por añadidura, no se hace notar, sino que cree que Dios existe. Y esto significa que para él ni el mundo es indiferente ni se le ha ido de las manos. Significa que todo lo que tenemos que hacer es abrirnos a estas manos, porque quiere y puede actuar, aunque hace cosas distintas de las que imaginamos en nuestras oraciones. Hizo cosas distintas de las que esperaba el joven Zacarías y también distintas de las que había esperado más tarde. Tan distintas que, al principio, tuvo que quedarse mudo, para aprender de nuevo el lenguaje de Dios.

Servidor de vuestra alegría,  Benedicto XVI, Herder, Barcelona, 1995, p. 42.
p. 121 Orar

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