Varios sabios desarrollaron un sentido universal en su reflexión sobre el destino común de los bienes creados
119. En los primeros siglos de la fe cristiana, varios sabios desarrollaron un sentido universal en
su reflexión sobre el destino común de los bienes creados[91]. Esto llevaba a pensar que si
alguien no tiene lo suficiente para vivir con dignidad se debe a que otro se lo está quedando. Lo
resume
san Juan Crisóstomo al decir que «no compartir con los pobres los
propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los
bienes que tenemos, sino suyos»[92]; o también
en palabras de san Gregorio Magno: «Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no
les damos nuestras cosas, sino que les devolvemos lo que es suyo»[93].
[91] Cf. S. Basilio, Homilia 21. Quod rebus mundanis adhaerendum non
sit, 3, 5: PG 31, 545-549; Regulae brevius tractatae, 92: PG 31,
1145-1148; S. Pedro Crisólogo, Sermo 123: PL 52, 536-540; S. Ambrosio,
De Nabuthe, 27.52: PL 14, 738s; S. Agustín, In Iohannis Evangelium 6,
25: PL 35, 1436s.
[92] De Lazaro Concio 2, 6: PG 48, 992D.
[93] Regula pastoralis 3, 21: PL 77, 87.
CARTA ENCÍCLICA
FRATELLI TUTTI
DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
SOBRE LA FRATERNIDAD
Y LA AMISTAD SOCIAL
«No
compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la
vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos».
San Juan Crisóstomo
«Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no
les damos nuestras cosas, sino que les devolvemos lo que es suyo».
San Gregorio Magno