7. La imitación de Cristo (Tomas De Kempis)
7. La imitación de Cristo (Tomas De Kempis)
http://multimedios.org/docs/d001289/
Capítulo: XXX
PETICIÓN DE AYUDA A DIOS Y CONFIANZA EN RECUPERAR SU GRACIA
Jesucristo:
1. Hijo, Yo soy el Señor, que conforto en los momentos difíciles.
Ven a Mí cuando no te encuentres bien.
Lo que principalmente impide mi visita
es tu tardanza en volver a la oración.
Porque antes de rogar con atención
buscas satisfacciones ajenas y te recreas en lo exterior.
De ahí viene que todo te aproveche poco
hasta que adviertas que Yo soy quien libro a los que esperan por Mí;
fuera de Mí no hay auxilio que valga, ni consejo útil, ni remedio duradero.
Pero ahora, con el espíritu recobrado después de la tempestad
debes rehacerte a la luz de mi misericordia
porque Yo estoy cerca para restaurar todas las cosas no sólo íntegramente sino abundante y sobradamente.
2. ¿Acaso hay algo difícil para Mí
o voy a ser como los que dicen y no hacen?
¿Dónde está tu fe?
Manténte firme y perseverante.
Sé animoso y valiente
que llegará a su tiempo la consolación.
Espérame, espera que venga y te curaré (Mt 8,7).
Es una prueba la que te atormenta
y un miedo sin base el que te aterroriza.
¿Qué importa la preocupación sobre situaciones futuras
sino para tener tristeza sobre tristeza?
Bástale a cada día su propia molestia (Mt 6,34).
Es vano e inútil desconcertarse o alegrarse por el futuro que quizás nunca llegue.
3. Pero es propio del ser humano
dejarse engañar por la imaginación
y es signo de pusilanimidad
dejarse llevar tan fácilmente por las sugestiones del enemigo.
El no se cuida de que sea verdadero o falso
lo que utiliza para engañarnos o distraernos
y si nos derriba con el amor a lo inmediato o el temor al futuro.
No vaya a confundirse tu corazón, ni se atemorice,
cree en Mí y confía en mi misericordia.
Cuando piensas que estás lejos de mí,
con frecuencia estoy más cercano.
Cuando consideras que casi todo está perdido
entonces, muchas veces, se hace más presente la ganancia.
No todo está perdido
cuanto te sucede alguna cosa contraria.
No debes juzgar según la impresión del momento
ni dejarte molestar o angustiar con cualquier contrariedad que te venga
como si se hubiera eliminado toda esperanza de surgir.
4. No pienses que has sido abandonado del todo
aunque a veces te envíe una aflicción
o también te sustraiga el consuelo deseado;
así se camina al Reino de Dios.
Y sin duda te conviene más a ti y a todos mis servidores
ejercitarse en las adversidades que si todo sucediera a su gusto.
Yo conozco el secreto,
y sé que conviene mucho para tu aprovechamiento que a veces te quedes desconsolado para que no te envanezcas en la prosperidad
ni quieras complacerte en ti mismo por lo que no eres.
Lo que te di, te lo puedo quitar
y restituírtelo cuando me agrade.
5. Cuando te lo dé, es mío:
cuando te lo quite, no te quito lo tuyo
porque es mío todo bien que se otorga y todo don perfecto (Stgo 1,17).
Si te envío pesadumbre o cualquier contrariedad,
no te indignes ni decaiga tu corazón.
Yo pronto puedo levantarlo
y convertir cualquier carga en gozo.
Sin embargo, siempre soy justo y digno de reconocimiento cuando actúo así contigo.
6. Si entiendes bien y lo miras a la luz de la verdad
nunca te debes entristecer ni decaer tanto por las adversidades sino más bien alegrarte y agradecer considerando como único motivo de gozo que afligiéndote con dolores, no te perdono(***).
Como me amó mi Padre, así los amo a ustedes (Jn 15,9)
dije a mis queridos discípulos:
a los que, por supuesto, no los envié a gozar del mundo sino a grandes combates;
no a ser reconocidos sino despreciados;
no a la ociosidad sino al trabajo;
no al descanso sino a cosechar mucho fruto de paciencia.
Acuérdate, hijo mío, de estas palabras.
Capítulo: XXXI
EVITAR EL IMPEDIMENTO DE LO CREADO PARA ENCONTRAR AL CREADOR
Discípulo:
1. Señor, de veras necesito todavía mayor gracia
si debo llegar a donde nada ni nadie me pueda detener.
Porque, mientras alguna cosa me retenga
no puedo libremente volar a Ti.
Quería libremente volar el que decía:
¿Quién me dará alas como de paloma para que vuele y repose? (Sal 55,7)
¿Qué hay más quieto que la recta intención?
¿Quién más libre que el que nada desea en el mundo?
Conviene, pues, transitar a través de lo creado
y olvidarse completamente de sí mismo,
y elevarse mentalmente por encima de todo
para verte a Ti, Creador de todo, que eres diferente de las criaturas.
Y si alguien no se despega de todas las criaturas,
no podrá libremente dirigirse a lo divino.
Por eso se encuentran pocas personas contemplativas
porque son raros los que saben separarse plenamente de lo perecedero y de las criaturas.
2. Para esto se requiere mucha gracia
que levante el espíritu y lo eleve sobre sí mismo.
Pero si no eleva espiritualmente a la persona
y la libera de todo lo creado, uniéndola íntegramente a Dios,
es de poca estima todo lo que sabe o tiene.
Mucho tiempo será insignificante y caído
quien mucho estima algo distinto al Único inmenso y eterno Bien.
Y lo que no es Dios, nada es, y así debe considerarse.
Existe una gran diferencia
entre la sabiduría de una persona inspirada y devota
y los conocimientos librescos de los estudiosos.
Mucho más noble es la doctrina que viene de lo alto por influencia divina
que la adquirida trabajosamente con el ingenio humano.
3. Se encuentra a muchos que desean la contemplación
pero no se esfuerzan por practicar lo que conduce a ella.
Es gran impedimento fijarse en señales y cosas sensibles
y descuidar la perfecta mortificación.
No sé qué será, qué espíritu nos conduce y qué pretendemos
quienes somos considerados como personas espirituales
que tanto trabajo y tan amplia dedicación ponemos en obtener cosas transitorias y rastreras
y apenas rara vez nos recogemos en nosotros mismos para pensar en nuestro interior.
4. ¡Qué lástima!
Inmediatamente después de un módico recogimiento salimos fuera
de nosotros
sin haber examinado nuestras acciones rigurosamente.
No miramos dónde tenemos puestos nuestros afectos
ni deploramos lo contaminados que están.
Todo ser viviente había corrompido su camino (Gn 6,12)
y por eso sobrevino el gran diluvio.
Como nuestros afectos están muy corrompidos
es lógico que las actividades, carentes de vigor interior, también se corrompan.
Del corazón puro procede el fruto de la vida santa.
5. Se examina cuánto hace cada uno
pero no se piensa cuidadosamente de cuánta virtud procede.
Se investiga si alguno es vigoroso, rico, hermoso, hábil, o buen escritor, buen cantor, buen investigador
pero no se habla de muchos que son pobres de espíritu, pacientes y buenos, devotos y atentos a la vida interior.
La naturaleza mira el exterior de las personas
la gracia se ocupa del interior;
la naturaleza con frecuencia se equivoca;
la gracia espera en Dios, para no ser engañada.
Capítulo: XXXII
ABNEGACIÓN DE SÍ MISMO Y RECHAZO DE TODO MAL DESEO
Jesucristo:
1. Hijo no puedes poseer perfecta libertad
si no tienes total abnegación.
Encarcelado están todos los poseedores y amantes
de sí mismos, codiciosos, noveleros e inestables
que siempre buscan su comodidad y no a Jesucristo, sino que siempre fingen y organizan lo que no durará.
Se perderá, pues todo lo que no proviene de Dios.
Retén esta frase breve y exacta:
Déjalo todo y lo encontrarás todo
abandona los malos deseos y encontrarás la calma.
Reflexiona en esto
y cuando lo practiques entenderás todas las cosas.
Discípulo:
Señor, éste no es trabajo de un solo día ni juego de niños
antes en esto tan breve se encuentra incluida
toda la perfección religiosa.
Jesucristo:
2. Hijo, no debes apartarte ni decaer tan pronto
al conocer el camino de los perfectos
sino más bien animarte a lo más alto
o al menos, aspirar a ello en tus deseos.
Ojalá te suceda así
y llegues a no ser más amante de ti mismo.
Si estuvieras dispuesto siempre a cumplir mi voluntad
y la del superior que te he dado
entonces me agradarías mucho
y toda tu vida transcurriría con alegría y paz.
Todavía te queda mucho por dejar
que si no abandonas íntegramente por Mí
no obtendrás lo que pides.
Te persuado a que me compres oro puro
para que seas rico (Ap 3,18).
Apártate de la sabiduría meramente humana
y de toda natural y propia complacencia.
Yo te he dicho que es necesario adquirir
las cosas más despreciables según el parecer humano,
con las que se consideran valiosas y excelentes porque muy despreciable y pequeña
parece la verdadera sabiduría celestial;
no se cree gran cosa ni busca que la alaben los demás;
está en los labios de muchos pero apartada de sus vidas siendo una perla preciosa escondida para muchos.
Capítulo: XXXIII
LA INESTABILIDAD DEL CORAZÓN Y LA NECESIDAD DE DIRIGIR LA INTENCIÓN FINALMENTE A DIOS
Jesucristo:
1. Hijo; no le creas al deseo que ahora tienes,
muy pronto se cambiará en otro.
Mientras vivas
estarás sujeto al cambio aunque no quieras;
porque a veces te encontrarás alegre, a veces triste,
unas veces tranquilo, otras perturbado,
unas veces devoto, otras sin devoción,
a veces atento, a veces descuidado,
a veces pesado, a veces liviano.
Pero la persona sabia y bien instruida en el espíritu
se mantiene firme por encima de todo lo cambiante.
No atiende a lo que siente dentro de sí
o de qué parte sopla el viento de la inestabilidad
sino a dirigir toda la intención de su mente
hacia el debido y deseado fin.
Porque así puede uno permanecer siempre el mismo
e ileso en medio de tan diversos sucesos
dirigiendo a Mí sin cesar,
la mirada de su incontaminada intención.
2. Mientras más pura sea su intención
más constante irá entre tantas tempestades.
En muchas cosas se oscurece la mirada de la pura intención
porque se observa fácilmente lo que se presenta como agradable
y así es raro quien se encuentra libre de la mancha de su propio interés.
Así los judíos en otro tiempo, fueron a Betania
donde Marta y María
no solamente por Jesús
sino más bien para ver a Lázaro (Jn 12,9).
Capítulo: XXXIV
DIOS ES LO MEJOR DE TODO PARA QUIEN LO AMA
Discípulo:
1. ¡Aquí está mi Dios y mi Todo!
¿Qué más quiero
y qué mayor felicidad puedo desear?
Frase excelente y agradable
para quienes aman al Señor
no al mundo ni a lo que hay en el mundo.
¡Dios mío Tú eres todo para mí!
A quien entiende le basta lo dicho
y repetirlo muchas veces es un gusto para los que aman.
Porque cuando Tú estás presente, todo es agradable
cuando Tú estás ausente todo causa fastidio.
Tú das tranquilidad al corazón, gran paz y alegre festejo.
Tú haces sentir bien de todos y alabarte por todos;
nada puede causar placer sin Ti.
Pero si debe agradecerse y sentirse bien
es imprescindible que tu gracia esté presente
y se sazone con tu propio sabor.
A quien Tú agradas ¿qué no le sabrá bien?
y a quien no siente tu sabor ¿qué le podrá agradar?
Pero los sabios de este mundo y los que saborean los bajos placeres
se pierden en tu sabiduría
porque en eso hay un gran vacío y allí se encuentra la muerte.
En cambio quienes te siguen, despreciando lo mundano
y dominando sus instintos,
son reconocidos como auténticos sabios
porque pasan de la vanidad a la verdad
y de lo material a lo espiritual.
Estos aprecian a Dios
y cualquier cosa buena que encuentran en la Creación toda la orientan en alabanza a su Creador.
Sin embargo es diferente y muy diferente el sabor del Creador y de lo creado
de la Eternidad y del tiempo limitado
de la Luz no creada y de la luz reflejada.
3. ¡Luz perpetua que supera a todas las luces creadas envía desde lo alto el resplandor que penetre hasta lo más íntimo de mi corazón!
Purifica, alegra, ilumina y vivifica mi espíritu con todas mis facultades para que me una contigo con el máximo júbilo.
¿Cuándo llegará este bendito y deseado momento
en que me sacie tu presencia
y seas todo para mí?
Mientras esto no suceda
no tendré felicidad completa.
¡Qué pena! Todavía vive en mí el hombre viejo
no está del todo crucificado, no ha muerto definitivamente,
todavía tiene fuertes deseos contrarios al espíritu,
todavía pelea internamente
y no soporta que esté en paz el gobierno del alma.
4. Pero Tú, que puedes dominar el mar
y calmar el movimiento de sus olas
dispersa a la gente que quiere la guerra,
doblégala con tu poder,
manifiesta tus maravillas
para que tu Mano sea glorificada
porque no hay otra esperanza ni refugio para mí
sino en Ti, Señor Dios mío.
Capítulo: XXXV
EN LA VIDA NO HAY SEGURIDAD DE QUE FALTEN TENTACIONES
Jesucristo:
1. Hijo, nunca te sientas seguro en esta vida
porque mientras vivas
necesitas siempre armas espirituales.
Estás entre enemigos
y te atacan a derecha e izquierda.
Si no utilizas por todas partes el escudo de la paciencia
y no fijas tu corazón en Mí
con la voluntad dispuesta a padecer todo por Mí
no podrás soportar este fuego ni obtener el premio de los Santos.
Te conviene pues, atravesar todo valientemente
y luchar con energía contra lo que se te oponga.
Porque al vencedor se le dará el maná (Ap 2,17)
y al flojo le quedará mucha miseria.
2. Si buscas descanso en esta vida,
¿cómo llegarás entonces al descanso eterno?
No te prepares a mucha tranquilidad
sino a gran paciencia.
Busca la auténtica paz en el Cielo, no en la Tierra,
no en los seres humanos ni en las demás criaturas
sino en Dios sólo.
Por amor a Dios debes sobrellevar todo de buena gana,
las pesadumbres y los dolores
las tentaciones, ofensas, ansiedades, necesidades,
enfermedades, injurias, murmuraciones,
represensiones, humillaciones, equívocos, correcciones y menosprecios.
Estas cosas ayudan a la virtud,
prueban al soldado de Cristo
y confeccionan la corona del Cielo.
Yo otorgaré favores eternos por un pequeño trabajo
y gloria infinita por un desconcierto pasajero.
3. ¿Piensas acaso que siempre tendrás consolaciones espirituales según tu voluntad?
Mis santos no las tuvieron siempre
sino más bien muchas pesadumbres,
variadas tentaciones y gran desolación.
Pero las soportaron todas con paciencia
y confiaron más en Dios que en sí mismos
conocedores de que no son proporcionales los padecimientos presentes a la futura gloria prometida.
¿Pretendes tú tener al instante
lo que muchos después de muchas lágrimas y grandes esfuerzos apenas consiguieron?
Espera en el Señor, trabaja vigorosamente
y serás reconfortado; no desconfíes, no huyas sino ofrécete constantemente en cuerpo y alma por la gloria de Dios.
Yo te recompensaré completamente;
Yo estaré contigo en cualquier dificultad (Sal 91,15).
Capítulo: XXXVI
LOS JUICIOS SIN VALOR DE LAS PERSONAS
Jesucristo:
1. Hijo, arroja fuertemente tu corazón en el Señor
y no temas los juicios humanos
cuando la conciencia te declare bueno y sin falta.
Es aceptable y bendito padecer estas cosas
y no es intolerable al corazón humilde
que confía más en Dios que en sí mismo.
Muchos hablan demasiado
y por eso se les debe creer poco;
porque satisfacer a todo el mundo no es posible.
Aunque San Pablo se esforzó por satisfacer a todos en el Señor,
y se hizo todo para todos,
sin embargo no dio la menor importancia al ser juzgado por ellos.
Hizo cuanto estaba de su parte y podía por la edificación y la salvación ajena,
pero no pudo librarse de ser juzgado
o despreciado algunas veces.
Por eso todo lo encomendó a Dios,
que lo conoce todo y se defendió con paciencia
y humildad de los que hablaban mal de él y
le dirigían pensamientos infundados y mentirosos de la manera que querían.
No obstante, respondió algunas veces
para evitar que los débiles se escandalizaran de su silencio.
2. ¿Por qué les temes a seres mortales?
Hoy están, y mañana no aparecen.
Teme a Dios
y no te espantarás de los hombres.
¿Qué te pueden hacer con palabras e insultos?
A ellos les hace más daño que a ti
porque, sean quienes sean, no podrán escaparse del juicio de Dios.
Tú, ten a Dios presente
y no combatas contra las palabras quejosas.
Si ahora parece que sucumbes
y padeces la humillación que no merecías
no te indignes por eso
no sea que por tu impaciencia disminuyas tu premio; mírame bien a Mí en el Cielo
porque tengo poder para liberarte de toda confusión y ofensa
y dar a cada uno según sus obras (Rm 2,3).
Capítulo: XXXVII
PURA E ÍNTEGRA ENTREGA PARA OBTENER LA LIBERTAD DE CORAZÓN
Jesucristo:
1. Hijo, déjate a ti
y me encontrarás a Mí.
Vive sin escoger y apropiarte de las cosas
y ganarás siempre.
Porque se te adjudicará gracia más amplia
en cuanto te entregues y no te retraigas.
Discípulo:
2. Señor, ¿cuantas veces me entregaré?
¿en qué deberé abandonarme?
Jesucristo:
3. Siempre y a toda hora.
Igual en lo poco que en lo mucho.
Sin exceptuar nada,
porque en todo te quiero encontrar libre.
De otro modo ¿cómo podrás ser todo mío y Yo tuyo
si no se te quita la propia voluntad, interna y externamente?
Cuanto antes hagas esto, tanto mejor te irá,
y cuanto más completa y sinceramente,
tanto más me agradarás y más ampliamente ganarás.
Hay quien se entrega
pero con alguna excepción:
no confía pues plenamente en Dios
y trabaja en proveerse a sí mismo.
Hay quien primero se ofrece totalmente
pero después, presionado por la tentación,
regresa a sus propios intereses
y progresa poquísimo en la virtud.
Estos nunca arribarán
a la verdadera libertad del corazón puro
ni a la feliz compañía de mi gracia
si no vuelven a la total entrega
y cotidiana inmolación que prometieron primero
sin lo cual no pueden gozar ni gozarán de la unión conmigo.
4. Muchísimas veces te dije, y ahora te repito:
Entrégate, abandónate
y gozarás de gran paz interior.
Dalo todo por el Todo:
nada busques, nada exijas
estabilízate simplemente y sin dudar en Mí
y me tendrás.
Serás libre de corazón
y la oscuridad no te ofuscará.
A esto dirige tus esfuerzos, por esto reza, esto desea:
poder verte libre de toda propiedad
y desnudo seguir a Jesús desnudo,
morir a ti mismo
para vivir eternamente para Mí.
Entonces se desvanecerán todas las vacías imaginaciones,
las perturbaciones inicuas y los cuidados superfluos.
Entonces también desaparecerá el temor exagerado
y morirá el amor desordenado.
Capítulo: XXXVIII
ORGANIZAR BIEN LA PROPIA VIDA Y RECURRIR A DIOS EN LOS PELIGROS
Jesucristo:
1. Hijo, en cualquier parte
y en toda actividad u ocupación externa,
debes procurar con ahínco
ser libre interiormente y dueño de ti mismo
y que todas las cosas estén sometidas a ti, y no tú bajo ellas;
para que seas señor y director de todas ellas,
no esclavo ni vendido
sino más bien como los liberados y verdaderos hebreos
que pasan a la condición de hijos de Dios;
que están por encima de las realidades presentes y esperan las futuras;
que miran despectivamente las cosas transitorias
y con interés las del cielo,
que no se dejan dominar por las presentes
sino que más bien ellos las atraen para utilizarlas con provecho
porque están orientadas a Dios
e instituidas por el supremo Artífice
que no dejó nada sin objetivo en la creación.
2. Si estás firme en todo acontecimiento
y no juzgas de él según la apariencia externa
ni consideras sin fe lo que ves u oyes
sino que en cualquier situación
entras, como Moisés, en el tabernáculo, para consultar al Señor,
oirás a veces la divina respuesta
y regresarás instruido sobre muchas cosas presentes y futuras.
Siempre pues recurrió Moisés al tabernáculo
en dudas y problemas
y acudió al auxilio de la oración
para sustraerse de los peligros y las maldades de las personas.
Así, tú debes penetrar en lo más secreto de tu corazón
implorando intensamente la ayuda de Dios.
Por eso se lee que Josué y los hijos de Israel
fueron engañados por los gabaonitas
porque no consultaron primero con Dios
sino que, demasiado crédulos de palabras suaves
fueron embaucados por falsa piedad.
Capítulo: XXXIX
EVITAR LA IMPERTINENCIA EN LOS PROPIOS ASUNTOS
Jesucristo:
1. Hijo, encomiéndame siempre tus asuntos:
Yo los arreglaré bien y oportunamente.
Espera lo que yo disponga
y sentirás que es para tu provecho.
Discípulo:
2. Señor, con mucho gusto te encomiendo todo lo mío
porque de poco sirve mi cuidado.
¡Ojalá que no me preocupen demasiado los futuros sucesos, sino que me ofrezca sin demora a tu voluntad!
Jesucristo:
3. Hijo, muchas veces el hombre busca con vehemencia lo que desea,
pero cuando lo consigue,
comienza a pensar distinto, porque las aficiones a las mismas cosas no son duraderas sino que nos llevan de una a otra.
4. El verdadero provecho de la persona
consiste en el renunciamiento de sí mismo
y quien es abnegado
tiene gran libertad y seguridad.
Pero el antiguo enemigo y adversario de todos los buenos
no cesa de tentar
sino que de día y de noche trama graves insidias
para hacer caer en el lazo a los incautos, si pudiese.
Estén despiertos y oren, dice el Señor,
para que no caigan en la tentación (Mt 26,41).
Capítulo: XL
NADA BUENO TIENE EL SER HUMANO DE LO QUE PUEDA ENALTECERSE
Discípulo:
1. Señor ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
o el hijo del hombre para que lo visites? (Sal 8,5).
¿Qué ha merecido el hombre
para que le des tu gracia?
Señor ¿de qué me puedo quejar si me dejas?
o ¿qué puedo exigir con justicia, si no haces lo que pido?
De hecho, sólo puedo pensar y decir de verdad lo siguiente:
Señor, nada soy, nada tengo, nada bueno hago,
sino que fallo en todo y siempre tiendo a la nada.
Y, si no soy ayudado e interiormente orientado por Ti,
me convierto totalmente en tibio y descuidado.
2. Tú, Señor, en cambio, eres siempre el mismo
y eternamente permaneces siempre bueno, justo y santo;
bien, justa y santamente realizas todo
y lo dispones con sabiduría.
Pero yo, que soy más proclive a lo defectuoso que a lo perfecto
no puedo permanecer siempre estable
y cambio siete veces cada día.
Pero después me va mejor, cuando a Ti te parece
y me ofreces tu mano para ayudarme
porque Tú solo, sin solicitud humana, puedes auxiliarme
y reforzarme para que no vaya mi atención a uno y otro lado si no que a Ti solo se convierta mi corazón y descanse.
3. Por lo cual, si yo supiera desechar bien toda satisfacción
humana ya sea por la expectativa de la devoción
o por la necesidad que me impulsa a buscarte
porque no hay ser humano que me consuele
entonces, con razón, podría esperar tu gracia
y alegrarme por el don de tu nueva visita.
4. Gracias a Ti, de quien todo viene
cada vez que algo bueno me sucede.
Yo soy vacío y nada ante Ti,
soy persona inconstante y débil.
¿De qué puedo alabarme
o por qué deseo ser reconocido?
¿Acaso por nada?
Esto es de los más inútil.
Verdaderamente, el prestigio infundado es una mala peste,
vanidad máxima que nos aparta de la verdadera gloria
y nos despoja de la gracia celestial.
Cuando alguno se agrada a sí mismo,
desagrada a Dios;
cuando aspira a las alabanzas humanas,
se priva de la verdadera virtud.
5. La verdadera gloria y alegría santa
consiste en gloriarse en Ti y no en sí mismo
gozarse en Tu Nombre, no en la propia virtud
y no deleitarse en lo creado si no es por Ti.
Alabanza a tu Nombre, no al mío;
engrandecidas tus obras, no las mías;
bendición a tu santo Nombre
y que no se me atribuyan las alabanzas humanas.
Tú eres mi gloria y la alegría de mi corazón
en Ti me gloriaré y me alegraré todos los días
porque de mi parte no hay de qué, sino de mis debilidades (2Co 12,5).
Busquen los hombres el reconocimiento que se dan mutuamente.
Yo buscaré solamente el reconocimiento que viene de Dios.
Todo prestigio humano, todo honor pasajero,
toda exaltación mundana,
comparada con tu eterna gloria es vanidad y necedad.
¡Verdad mía y misericordia mía, Dios mío, Santa Trinidad,
sólo a Ti la alabanza, el honor, el poder y la gloria por los infinitos siglos de los siglos!
Capítulo: XLI
MENOSPRECIAR LOS HONORES
Jesucristo:
1. Hijo, no te deprimas
si ves rendir homenaje y promover a otros
mientras a ti te desprecian y humillan.
Eleva tu corazón hacia Mí en el Cielo
y no te entristezca el desprecio de los hombres de la Tierra.
Discípulo:
Señor, estamos ciegos y pronto nos dejamos seducir por la vanidad.
Si me miro con sinceridad
nunca he recibido una ofensa de alguna criatura
por la que pueda en justicia quejarme de Ti.
Pero ya que he pecado contra Ti tan frecuente y gravemente
es razonable que se armen contra mí todas las criaturas.
Por tanto, merezco justamente vergüenza y desprecio
y Tú, en cambio, alabanza, honor y gloria.
Y si no me preparo a recibir con gusto
desprecio y postergaciones por parte de los demás
y a que no me consideren
no podré pacificarme y estabilizarme internamente ni recibir la luz espiritual ni unirme plenamente contigo.
Capítulo: XLII
LA PAZ NO DEBE SUSTENTARSE EN LAS PERSONAS
Jesucristo:
1. Hijo, si pones tu paz en otra persona según tu parecer y conveniencia
serás inestable y dependiente.
Pero si recurres a la Verdad siempre viva y abundante
no te entristecerás por el amigo que te abandona o desaparece.
En Mí debes amar a quien te parezca bueno y muy estimado en esta vida.
Debes estar como muerto a los afectos exclusivistas de los seres más queridos
y en cuanto de ti depende, vivir libre de todo.
Se acerca uno más a Dios
en la medida en que se retira lejos de las satisfacciones presentes.
Se eleva uno más alto hacia Dios
mientras más profundamente desciende dentro de sí
y más limitado se considera.
2. Quien se atribuye a sí mismo algo bueno
impide la venida de la gracia de Dios
porque la gracia del Espíritu Santo
siempre busca el corazón humilde.
Si supieras reconocer perfectamente tu profunda ineptitud
y vaciarte de todo amor egoísta
entonces yo te llenaría con abundantes gracias.
Cuando Tú miras a lo creado
desaparece de tu vista el Creador.
Aprende a vencer en todo por el Creador
para que seas capaz de alcanzar el conocimiento divino.
Así sea muy pequeño
lo que amas y consideras inconvenientemente
te retrasa de lo Supremo y te daña.
Capítulo: XLIII
LIMITACIÓN DE LA CIENCIA HUMANA
Jesucristo:
1. Hijo, no te dejes influenciar
por las bellas y sutiles frases de las personas.
El Reino de Dios no consiste en palabras sino en virtudes (1Co 4,20)
Atiende más bien a mis palabras
que encienden los corazones e iluminan las mentes,
conducen al arrepentimiento que lleva a la conversión y proporcionan muchas consolaciones.
Nunca leas cosas para aparentar erudición o sabiduría.
Estudia cómo mortificar los vicios
porque esto te será de mayor provecho
que el conocimiento de muchas cuestiones difíciles.
2. Cuando hayas terminado de leer y conocer muchas cosas
conviene siempre que regreses al principio:
Soy Yo quien enseñó la verdadera ciencia a los hombres
y doy más clara inteligencia a los pequeños que cualquier persona pueda enseñar.
A quien Yo le hablo, pronto será sabio
y aprovechará mucho espiritualmente.
¡Mal para los que inquieren muchas curiosidades
y se ocupan poco del camino de servirme a Mí!
Llegará el tiempo cuando aparecerá Cristo, Maestro de todos los maestros, y Señor de los ángeles, a oír las lecciones de todos, es decir, a tomar examen a las conciencias,
entonces, escudriñará a Jerusalén con linternas,
se descubrirán los secretos de las tinieblas
y callarán los argumentos verbales.
3. Yo soy quien elevo en un instante la mente humilde
para que capte más razones de la verdad eterna
que si hubiera estudiado diez años en centros docentes.
Yo enseño sin estrépito de palabras,
sin divergencia de opiniones, sin lucimientos personales,
sin confrontación de argumentos.
Yo soy quien enseño a despreciar lo contingente,
a buscar lo eterno, a saborear lo eterno,
a huir de los honores, a soportar los tropiezos,
a poner toda la confianza en Mí, a nada desear
fuera de Mí, y amarme ardorosamente sobre todo.
4. Y así, amándome uno íntimamente,
aprendió cosas divinas y narraba maravillas.
Se aprovecha más dejando todas las cosas
que estudiando sutilezas.
Pero a algunos les hablo de cosas comunes, a otros especiales;
a algunos aparezco dulcemente en señales e imágenes,
a otros les revelo los misterios en medio de gran luz.
Una cosa dicen los libres, pero no enseñan a todos por igual
porque interiormente, yo soy el Maestro de la verdad,
Escudriñador del corazón, Conocedor de los pensamientos,
Promotor de las acciones,
distribuyendo a cada uno según juzgo conveniente.
Capítulo: XLIV
NO DEJARSE INFLUENCIAR POR LAS COSAS EXTERIORES
Jesucristo:
1. Hijo, te conviene ser ignorante en muchas cosas
y considerarte como muerto en la Tierra,
para quien todo el mundo está crucificado.
Te conviene también hacerte el sordo en muchas cosas
y pensar más lo que conviene para tu paz.
Es más útil apartar la vista de lo que te desagrada
y dejar a cada uno con su parecer
que ocuparse en discutir.
Si estás bien con Dios y miras su juicio
fácilmente de darás por vencido.
Discípulo:
2. ¡Señor, a qué hemos llegado!
Nos lamentamos por los perjuicios temporales,
por una pequeña ganancia trabajamos y corremos
pero transcurre olvidado el daño espiritual
y apenas rara vez vuelve a la memoria.
Se presta atención a lo que poco o nada aprovecha
y se posterga con negligencia lo que es sumamente necesario
porque todo el hombre se derrama al exterior
y si no recapacita pronto,
con gusto se arroja fuera de sí.
Capítulo: XLV
NO DEBE CREERSE A TODOS PUES CON FACILIDAD SE FALLA EN LAS PALABRAS