Visítame ** con frecuencia Padre Celestial
Te bendigo Padre Celestial, Padre de mi Señor Jesucristo, porque has tenido la bondad de acordarte de un pobre tan miserable como soy yo.
Oh Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, gracias te doy porque a pesar de mi indignidad me proporcionas tantas alegrías.
Te bendigo y te glorifico por siempre, con tu Hijo Unigénito y con el Espíritu Santo consolador, por los siglos de los siglos.
Señor Dios mío, mi Santo Amigo, cómo será grande y agradable la emoción de todo mi ser cuando logre darme cuenta claramente de que Tú vas conmigo, y conmigo estás para siempre. Tú eres mi gloria y la alegría de mi corazón. Tu eres mi refugio en el día de la angustia.
Pero como mi amor es todavía muy débil y mi virtud muy imperfecta, necesito que me fortalezcas y consueles.
Por eso visítame con frecuencia, instrúyeme en tu santa doctrina. Dame la gracia de dominar mis pasiones; libra mi corazón de todo afecto desordenado, y para que teniendo el alma sana y bien purificada, sea capaz de amarte; me vuelva fuerte para sufrir, y logre perseverar con gran constancia en el bien.
De Kempis, Tomas, La imitación de Cristo, 3,160a ed., Apostolado Bíblico Católico, p. 184.