Volcarlo todo en Tu santo corazón

¡Si el hombre se juntara a Dios con este amor! ¡Si supiera hallar a este Dios excelso, santo, alto sobre todo límite y concepto! ¡Si se abriera de par en par en este amor ante Él, olvidado de sí, deshecho de sí, hundido y abandonado todo su ser en Dios, en aquel sutilmente dulce y doloroso deliquio que se apodera del hombre cuando se pierde todo en su Dios! ¡Oh mi Dios! ¡Si llegara el hombre a entregarse a Ti enteramente, a hacerse suave y no duro e inaccesible! ¡Si llegara a vencer el sacral rubor de descubrirse hasta lo último, y bañado en lágrimas, que son júbilo, desplegara ante Ti cuanto tiene y proyecta en dicha y en amargura, y lo volcara todo en Tu santo corazón!

Rahner, Karl, De la necesidad y don de la oración, Ediciones Mensajero, Bilbao, 2004, p. 47.

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