Triple Coloquio [EE 62-63]
Al final de cada rato de oración, recordando lo que más me ha ayudado, realizo un coloquio:
· Hablo con María, pidiéndole que me alcance de su Hijo reconocer y aborrecer estas tres cosas:
el absurdo de mi vida cuando cambio al Dios de la Vida por ídolos inservibles;
mi falta de libertad y dominio de mí, que genera adulterios en mi vida;
el influjo de mi «ambiente social» que cultiva, aprueba y fortalece estas actitudes. Y rezo el Ave María
· Hablo con el Hijo, y pido que me obtenga esos mismos tres dones del Padre. Rezo el Alma de Cristo.
· Hago estas mismas peticiones al Padre: que Él, Señor de todo, me las conceda. Rezo el Padre Nuestro
San Ignacio de Loyola