Ama *** lo que Cristo ama en la cruz y desprecia lo que Cristo desprecia en la cruz

Santo Tomás de Aquino dijo que la vida buena es amar lo que Cristo ama en la cruz y despreciar lo que Cristo desprecia en la cruz.

Jesús en la cruz es el centro de la vida espiritual.

Santo Tomás de Aquino también dijo a su hermana que para alcanzar la santidad sólo necesitábamos desearlo, quererlo… Con la gracia de Dios podemos alcanzar la santidad, no con nuestros méritos, ni con la fuerza de la carne…

Jesús en la cruz es la personificación de Las Bienaventuranzas (*):

Bienaventurados los pobres… Jesús en la cruz es pobre, está desnudo, no posee nada, no puede agarrar nada con sus manos clavadas en una cruz… Los bienes materiales en sí no son malos, debemos tenerlos con desapego, ser libres, que ellos no gobiernen nuestra vida…

Bienaventurados los que lloráis ahora … Qué importa si lloras o estás feliz, desapégate de sentirte bien, de sentirte contento, feliz… Si Jesús hubiera estado apegado a sentirse bien hubiera evitado el inmenso dolor de la cruz, así como hacemos nosotros, que evitamos la cruz, ni siquiera le ayudamos a él a cargar la suya camino al calvario…

Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien… Qué importa que te odien, o que te amen (San Ignacio) desapégate de la aprobación de los demás…

Jesús en la cruz ama hacer la voluntad del Padre Celestial.

Jesús en la cruz es el centro de la vida espiritual.

(*)
Las Bienaventuranzas (Lc 6, 12-22)

12 Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios.
13 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles.
14 A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé,
15 a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes;
16 a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
17 Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón,
18 que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados.
19 Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
20 Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: "Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.
21 Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis.
22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre.

Tomado del taller espiritual “La Bendición Desconocida” del Padre Robert Barron.

Camino 1 Parte 2 17:40

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