Desprenderse de las ataduras del ego
En palabras de Friederich Nietzsche, podríamos decir que «todo el que ha construido un nuevo cielo ha obtenido la fuerza para ello en su propio infierno». Este infierno al que alude Nietzsche es el descubrimiento de la propia contingencia, es decir, de la insuficiencia del ser humano para bastarse a sí mismo. Para alcanzar el debir y construir «un nuevo cielo», hay que cruzar primero el desierto, donde emergen las imperfecciones humanas y se padece el infierno interior.
Podemos interpretar algunos pasajes de los Evangelios en esta clave de lectura. Las escenas de la Pasión formarían parte de este «rodeo por el desierto» para que los discípulos conocieran su debilidad y se desprendieran de las ataduras de su ego. Libres de sus distracciones, su conciencia podría estar plenamente polarizada por Aquel que los conduciría al debir de la Resurrección.
Otón, Josep, Debir, el santuario interior, Sal Terrae, Santander, 2002, p. 70.