Entradas

Mostrando las entradas de mayo, 2021

Los Doce Pasos de la Vida espiritual (adaptado de Alcohólicos Anónimos - A.A.)

(1) Admitimos que somos impotentes para Vivir en plenitud, que nuestra vida se puede volver un sinsentido. (2) Creemos que Dios, un Poder muy superior a nosotros mismos, puede devolvernos el sentido de la Vida plena. (3) Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida, abandonarnos, en las Manos de Dios. (4) Hacemos diariamente un minucioso examen de nuestra vida, de cómo nos hemos sentido, intentando reconocer la Presencia de Dios en nuestra vida. (5) Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos, cuando no hemos reconocido la Presencia de Dios en nuestra vida. (6) Estamos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos libere de todos nuestros defectos, de nuestra ceguera, de nuestra sordera, de nuestra lepra, de nuestra parálisis, de nuestra mudez. (7) Humildemente le pedimos que nos libere de nuestros defectos, que nos sane. (8) Hacemos una lista de las personas a quienes hemos ofendido y estamos dispuestos a repara...

Contemplándole en la fe, los fieles de Cristo pueden esperar que Él realice en ellos sus promesas

 «Te ruego que pienses [...] que Jesucristo, Nuestro Señor, es tu verdadera Cabeza, y que tú eres uno de sus miembros [...]. Él es con relación a ti lo que la cabeza es con relación a sus miembros; todo lo que es suyo es tuyo, su espíritu, su corazón, su cuerpo, su alma y todas sus facultades, y debes usar de ellos como de cosas que son tuyas, para servir, alabar, amar y glorificar a Dios. Tú eres de Él como los miembros lo son de su cabeza. Así desea Él ardientemente usar de todo lo que hay en ti, para el servicio y la gloria de su Padre, como de cosas que son de Él» (San Juan Eudes, Le Coeur admirable de la Très Sacrée Mère de Dieu, 1, 5: Oeuvres completes, v.6). «Para mí la vida es Cristo» (Flp 1,21). 1698. La referencia primera y última de esta catequesis será siempre Jesucristo que es "el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Contemplándole en la fe, los fieles de Cristo pueden esperar que Él realice en ellos sus promesas, y que amándolo con el amor con que Él nos ha a...

LA *** (propia alma) DOCTRINA DE LOS DOCE APÓSTOLES (Didaché)

Enseñanza del Señor transmitida a las naciones por los Doce Apóstoles PRIMERA PARTE El Catecismo o los «Dos caminos» I. Existen dos caminos, entre los cuales, hay gran diferencia; el que conduce a la vida y el que lleva a la muerte. He aquí el camino de la vida: en primer lugar, Amarás a Dios que te ha creado; y en segundo lugar, amarás a tu prójimo como a ti mismo; es decir, que no harás a otro, lo que no quisieras que se hiciera contigo. He aquí la doctrina contenida en estas palabras: Bendecid a los que os maldicen, rogad por vuestros enemigos, ayunad para los que os persiguen. Si amáis a los que os aman, ¿qué gratitud mereceréis? Lo mismo hacen los paganos. Al contrario, amad a los que os odian, y no tendréis ya enemigos. Absteneos de los deseos carnales y mundanos. Si alguien te abofeteare en la mejilla derecha, vuélvele también la otra, y entonces serás perfecto. Si alguien te pidiere que le acompañes una milla, ve con él dos. Si alguien quisiere tomar tu capa, déjale también la ...

Las obras de misericordia

2447 Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales socorremos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf. Is 58, 6-7; Hb 13, 3). Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4, 5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf Mt 6, 2-4): El que tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer que haga lo mismo (Lc 3, 11). Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros (Lc 11, 41). Si un hermano o una hermana...

Sólo la confianza y la fe del corazón hacen estas dos cosas: Dios e ídolo

[...] si Dios es, los dioses no son Dios. De ahí que se le deba adorar a Él y a nadie más. Pero ¿no están muertos los dioses hace tiempo? ¿no está eso claro y, por consiguiente, nada dice? Si uno observa atentamente la realidad, debe responder a esto preguntando a su vez: ¿de veras no se da en nuestro tiempo idolatría alguna?, ¿no hay nada que sea adorado al lado y en contra de Dios?, ¿no surgen otra vez los dioses, después de la muerte de Dios, con un poder tremendo? Lutero, en su catecismo mayor, formuló de manera impresionante esta relación de una cosa con la otra: «¿Qué significa que hay Dios, o qué es eso de Dios? Respuesta: se llama Dios al hallazgo de aquello en lo que uno debe cifrar el hallazgo de todo bien y a lo que recurre en todas las necesidades. Haber Dios es confiar y creer en Él con todo el corazón, como he dicho a menudo, que sólo la confianza y la fe del corazón hacen estas dos cosas: Dios e ídolo.» ¿En qué confiamos, pues, y creemos nosotros?, ¿no se han convertido ...

San Juan Bautista María Vianney (José Gros y Raguer)

La casa del labrador Pedro Vianney, en Dardilly, pueblecito de las cercanías de Lyon, había hospedado una noche a un misterioso viajero, que cuando se disponía a partir, no sabiendo cómo agradecer el favor, pagó con una bendición. Era la bendición de un santo: San Benito José Labre. Pocos años después (en 1786) nació en aquella casa -por cierto cristianísima- el que había de ser el famoso «Cura de Ars». - Fiesta: 9 de agosto. Misa propia. «No hay mucho amor de Dios en esa parroquia, y usted lo va a meter» le había dicho al joven presbítero el Vicario General de Lyon al darle el nombramiento. En realidad, Ars no estaba más paganizado que los pueblos circundantes. Había sufrido, como toda la región, los estragos de la Revolución francesa y de su propaganda antirreligiosa, pero, gracias al celo de algunos sacerdotes que estuvieron encargados de la parroquia con posterioridad al Concordato napoleónico, la buena simiente había ya germinado de nuevo... Las plagas de que era víctima la locali...

1. Rosarium Virginis Mariae

 Rosarium Virginis Mariae CARTA APOSTÓLICA ROSARIUM VIRGINIS MARIAE DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II AL EPISCOPADO, AL CLERO Y A LOS FIELES SOBRE EL SANTO ROSARIO   INTRODUCCIÓN 1. El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad. Se encuadra bien en el camino espiritual de un cristianismo que, después de dos mil años, no ha perdido nada de la novedad de los orígenes, y se siente empujado por el Espíritu de Dios a «remar mar adentro» (duc in altum!), para anunciar, más aún, 'proclamar' a Cristo al mundo como Señor y Salvador, «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn14, 6), el «fin de la historia humana, el punto en el que convergen los deseos de la historia y de la civilización».[1]...

2. Rosarium Virginis Mariae

Configurarse a Cristo con María 15. La espiritualidad cristiana tiene como característica el deber del discípulo de configurarse cada vez más plenamente con su Maestro (cf. Rm 8, 29; Flp 3, 10. 21). La efusión del Espíritu en el Bautismo une al creyente como el sarmiento a la vid, que es Cristo (cf. Jn 15, 5), lo hace miembro de su Cuerpo místico (cf. 1 Co 12, 12; Rm 12, 5). A esta unidad inicial, sin embargo, ha de corresponder un camino de adhesión creciente a Él, que oriente cada vez más el comportamiento del discípulo según la 'lógica' de Cristo: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo» (Flp 2, 5). Hace falta, según las palabras del Apóstol, «revestirse de Cristo» (cf. Rm 13, 14; Ga 3, 27). En el recorrido espiritual del Rosario, basado en la contemplación incesante del rostro de Cristo -en compañía de María- este exigente ideal de configuración con Él se consigue a través de una asiduidad que pudiéramos decir 'amistosa'. Ésta nos introduce de modo ...

Examen de Conciencia - Jesuitas

CAPITULO VI. EXAMEN PRACTICO DE CONCIENCIA PARA LA REFORMA (33) EJERCICIO IMPORTANTE San Ignacio quiere que pidamos a Dios tres cosas: Interno conocimiento de mis pecados y aborrecimiento de ellos. Sentimiento del desorden de mis operaciones, para que las aborrezca y me enmiende y me ordene. Conocimiento del mundo para que lo aborrezca y aparte de mi las cosas mundanas. Para todo esto servirá mucho el examen bien nuestra vida, no precisamente como quien hace examen para la confesión, sino para ver, además de nuestros pecados, el desorden que hay en todas nuestras acciones. (33) Tirso Arellano, S.J., op. cir. MODO DE HACER ESTE EXAMEN Tienes que hacer desfilar delante de ti todo lo que compone la trama de tu vida: tu oficio o profesión con las ocupaciones que llevan consigo, tus obligaciones particulares, las personas con quienes tratas: amigos, sirvientes, supervisados, superiores... los sitios que frecuentas, en que empleas el domingo, cuales son tus diversiones, tus peligros... No te...

Guía para la oración

1. Invocación inicial: 2. Preparación: a. Acto de fe en la presencia de Dios: b. Acto de esperanza en la misericordia de Dios: c. Acto de amor al Señor Jesús y a Santa María: 3. Cuerpo: a. Mente: b. Corazón: c. Acción: 4. Conclusión: 5. Invocación final: Guía para la oración Esta guía para la oración busca ser un método para meditar en la vida y enseñanzas del Señor Jesús. «La meditación, como señala el Catecismo de la Iglesia Católica, es, sobre todo, una búsqueda. El espíritu trata de comprender el porqué y el cómo de la vida cristiana para adherirse y responder a lo que el Señor pide.» Así, asistidos con la Gracia de Dios buscamos en la oración discernir cuál es su plan de amor para nosotros y nos nutrimos para responder a él con generosidad. El método de meditación que se propone es un camino que se inicia en la mente, transforma en el corazón y nos conduce a una acción concreta y cotidiana orientada a nuestra santificación y a la de nuestros hermanos. 1. Invocación inicial: En el ...