El Otro

 Sea cual sea la filosofía de los pueblos, tienen que tener en cuenta al “otro” por dos razones. En primer lugar, nadie alega, con seriedad, haberse creado a sí mismo, por lo que otras personas (también humanas) tampoco se crearon a sí mismas. De ello se deduce que la humanidad procede de algo distinto de sí misma. En segundo lugar, todos descubren, en algún momento de sus vidas, que sus poderes son limitados, acaso porque una piedra es muy pesada como para levantarla o porque la aldea propia ha sido barrida por las olas gigantescas de un maremoto. Entonces hay que añadir esto al Otro del cual uno procede, un Otro generalizado que subraya las limitaciones de uno.

Smith, Huston, LAS RELIGIONES DEL MUNDO, Editorial Kairós, Barcelona, 2011, p. 273

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