Los Cinco Pilares

 1) Dios es el único Dios

Si se le pidiera a un musulmán que resumiese cómo debe vivir la gente según le aconseja el Corán, la respuesta podría ser: El Corán les enseña a ir por la vía recta. La frase procede del primer sura del Corán, que se repite muchas veces en los cinco rezos diarios de los musulmanes.

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso! Alabado sea Dios, Señor del universo, el Compasivo, el Misericordioso,
dueño del Día del Juicio.
A Ti sólo servimos y a Ti sólo imploramos.
Dirígenos por la vía recta, la vía de los que Tú has agraciado, no de los que han incurrido
en la [Tu] ira, ni de los extraviados.


2) Orar sin cesar

El segundo pilar del islamismo es la oración canónica, en la cual el Corán insta al fiel a "ser constante” (29:45).
A fin de mantener sus vidas en perspectiva, los musulmanes son exhortados a orar con constancia. Esta práctica es, según el Corán, la más difícil de aprender por parte de la gente, porque, aunque es obvio que son seres
humanos, por no haberse creado a sí mismos ni haber creado sus mundos, parecen no comprender bien este concepto y siguen considerándose el centro de todas las cosas, como si ellos mismos fuesen las leyes que las rigen, y esto produce estragos. Cuando preguntamos por qué rezan los musulmanes, una de las contestaciones es: como respuesta al impulso natural de la vida de agradecer su propia existencia; pero la otra, más profunda, es la que corresponde a la apertura de este párrafo: para mantener sus vidas en perspectiva -para verlas con objetividad, lo cual implica reconocer la condición humana ante su Creador-. En la práctica, esto se reduce a someter la voluntad propia a la de Dios (islamismo) como derecho soberano de Éste.


3) Caridad

El tercer pilar del islamismo es la caridad. Las cosas materiales son importantes en la vida, pero algunas personas tienen más que otras. ¿Por qué?
El islamismo no se interesa por esta pregunta teórica; en su lugar, trata de forma pragmática lo que debe hacerse acerca de esta disparidad con una respuesta simple: aquellos que poseen mucho deben ayudar a aliviar la carga de los menos afortunados. Éste es un principio que han adoptado las democracias del siglo XX en sus conceptos del estado de bienestar. El Corán
introdujo este principio básico en el siglo vii al prescribir un impuesto gradual sobre los pudientes para aliviar las circunstancias de los menos afortunados.


4) Observar el Ramadán
Conmemorar cuando Mahoma tuvo su revelación inicial y cuando (diez años después) hizo su histórica migración de La Meca a Medina.
Ayunar durante el Ramadán desde que comienza a amanecer hasta que el sol se pone, no pasan por sus labios ni comida, ni bebida, ni humo de tabaco y, pasada la puesta del sol, pueden alimentarse con moderación.


5) Peregrinar a la Meca
El quinto pilar del islamismo es el peregrinaje. Acudir una vez en la vida a La Meca, donde se produjo la revelación culminante de Dios. Aunque el propósito básico de este peregrinaje es incrementar la devoción del peregrino hacia Dios y su voluntad revelada, el hacerlo tiene beneficios adicionales. Por ejemplo, es un recordatorio de la igualdad humana. Al llegar a
La Meca, los peregrinos se quitan sus ropas habituales, que reflejan su situación social, y visten dos simples túnicas. De esta manera, todos se acercan al foco central del islamismo vistiendo de igual forma, por lo que el príncipe y el pobre se presentan ante Dios como seres humanos indivisibles.


Smith, Huston, LAS RELIGIONES DEL MUNDO, Editorial Kairós, Barcelona, 2011, p. 245.

Entradas más populares de este blog

B-El sendero (Biblia) de la vida recta

12. La flagelación de Cristo

Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora