Los actos egoístas coagulan el ser finito en lugar de disolverlo
Los cuatro caminos se inician con preámbulos morales. Como el objetivo de los ejercicios de yoga es que aflore en el ser su divinidad subyacente, éste debe librarse primero de sus más grandes impurezas. La religión siempre es más que la moralidad, pero si no tiene una base moral no se sostendrá en pie. Los actos egoístas coagulan el ser finito en lugar de disolverlo; la mala voluntad es un obstáculo para el fluir de la conciencia. En consecuencia, el primer paso de todos los ejercicios de yoga implica cultivar hábitos como los de no herir, decir la verdad, no robar, controlarse a sí mismo, mantenerse limpio, sentirse contento, tener disciplina y un deseo
vehemente de alcanzar el objetivo.Smith, Huston, LAS RELIGIONES DEL MUNDO, Editorial Kairós, Barcelona, 2011, p. 42.