Relación con Dios en tanto que Padre/Creador, Hijo/Redentor y Espíritu/Apoyo
“Como teólogo, percibía todas las relaciones humanas como «signos que apuntan a la vida interior de Dios». A menudo, nuestros tres tipos primarios de relaciones son con los padres que nos han criado, con amigos cercanos a los que consideramos iguales, y con la familia más cercana con la que convivimos (pareja o comunidad). Estas relaciones primarias reflejan nuestra relación (o falta de relación) con Dios en tanto que Padre/Creador, Hijo/Redentor y Espíritu/Apoyo. Estas relaciones, para bien o para mal, pueden llevarnos a una comunión más íntima con el Dios trino. Al principio, esto puede parecer idealista. Pero, una vez que estamos dispuestos a ver a las personas como signos vivientes, y toda la vida como la manifestación continuada del amor divino, podemos empezar a ver a través de las relaciones de nuestra vida como dones de Dios que ayudan a moldearnos y darnos forma, recordándonos la calidad interna del propio amor de Dios.”
Pasaje de: Henri J.M. Nouwen. “El discernimiento.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks.
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