Dios es misericordioso; no viene en tiempo inapropiado

 La segunda cosa importante es que un encuentro cara a cara con Dios es siempre un motivo de juicio para nosotros. No podemos encontrar a Dios en la oración, meditación o contemplación sin ser salvados o condenados. No quiero decir esto en los términos finales de eterna condenación o de eterna salvación dada y recibida ya, pero es siempre un momento crítico, una crisis. «Crisis» viene del griego y significa juicio. Encontrar a Dios cara a cara en la oración es un momento crítico en nuestras vidas, y gracias le sean dadas a El por no presentarse siempre cuando nosotros lo deseamos, porque podríamos no ser capaces de soportar este encuentro. Recordad los muchos pasajes de la Sagrada Escritura en los que se nos dice lo malo que es encontrarse cara a cara con Dios, porque Dios es poder, Dios es verdad, Dios es pureza. Por tanto, el primer pensamiento que debemos tener cuando no percibimos tangiblemente la divina presencia, es un pensamiento de gratitud. Dios es misericordioso; no viene en tiempo inapropiado. Nos da la posibilidad de juzgarnos nosotros, de comprender, y no aparecer ante El, en su presencia, cuando podría significar condenación.


Comenzar a Orar, El Metropolitano de Sourozh, Anthony Bloom, p. 6.

Entradas más populares de este blog

B-El sendero (Biblia) de la vida recta

12. La flagelación de Cristo

Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora