Flauta japonesa de bambú (shakuhachi)

“Durante los diez años (1986-96) que Henri vivió y trabajó en Daybreak, nos visitamos y hablamos por teléfono bastante a menudo. A partir de que aprendí a tocar la flauta japonesa de bambú (shakuhachi), Henri me invitó en varias ocasiones a los retiros que organizaba. Entusiasmaba a la gente hablándoles de nuestro amor en Cristo, y luego yo me levantaba y tocaba una pieza zen contemplativa, poniendo énfasis en el silencio que se creaba entre las notas y sugiriendo que Dios está presente en el silencio que hay entre nuestros pensamientos. Henri añadía a menudo una enseñanza maestra sobre el valor del silencio y de la soledad, aunque yo sabía que a él muchas veces le inquietaba estar solo.”


Pasaje de: Henri J.M. Nouwen. “El discernimiento.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks. 

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