Apostol de la Divina Misericordia
“Otro aspecto de su venerado predecesor que el papa Benedicto tiende a subrayar con frecuencia es el haber sido el apóstol de la divina misericordia. Quería que «el mensaje del amor misericordioso de Dios llegara a todos los hombres y exhortaba a los fieles a ser sus testigos» (Homilía, 2.4.08). Juan Pablo II, que había conocido y vivido directamente las enormes tragedias del siglo xx, se había preguntado durante mucho tiempo con qué se podía poner freno a la propagación del mal. «La respuesta –explica el papa Benedicto– no podía encontrarse más que en el amor de Dios. En efecto, solo la Divina Misericordia puede poner un límite al mal; solo el amor omnipotente de Dios puede derrotar la prepotencia de los malvados y el poder destructor del egoísmo y del odio» (Homilía, 2.4.08).”
Pasaje de: Papa Benedicto XVI. “¡Abrid las puertas a Cristo! Meditaciones sobre Juan Pablo II.” Ediciones Mensajero, 2012-12-03. iBooks.
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