Cómo *** hacer un exámen de consciencia

Examen de conciencia - Permite que tu mente recorra las últimas 24 horas, evitando enjuiciarte, ya sea con aprobaciones o desaprobaciones: - - - momentos por los cuales estás agradecido - agradece y alaba a Dios por ellos - - - el próximo paso es recordar nuestros estados de ánimo y sentimientos, buscando las causas de ellos; evitando juzgarse por ellos. Permanece en Cristo mientras contemplas estas situaciones, y ruégale que te muestre las actitudes que las causan. Lo importante es evitar el análisis de nuestra experiencia, sino contemplarla en la Presencia de Cristo, y permitirle que Él nos muestre cuándo le hemos permitido estar en nosotros, y cuándo lo hemos impedido. Agradécele por las veces que has dejado que su Gloria te acompañe, y pide su perdón por las veces que la has rechazado. Él nunca rechaza su perdón. Conoce nuestras debilidades mucho mejor que nosotros. Todo lo que tenemos que hacer es mostrárselas, y Él las transformará en fortalezas. Permite que tu mente recorra a lo largo de las últimas 24 horas, evitando enjuiciarte, ya sea con aprobaciones o desaprobaciones, y enfocándote sólo en los momentos por los cuales estás agradecido(a). Los días más difíciles incluyen buenos momentos, si sólo nos molestamos en buscarlos: puede ser el contemplar una gota de rocío, o simplemente el hecho que podamos ver... Cuando las personas hacen este ejercicio, se sorprenden por el número y la variedad de buenos momentos del día, los cuales los habían olvidado, quizás ocultados por las experiencias dolorosas del día. Al recordar los momentos por los cuales estamos agradecidos, agradezcan y alaben a Dios por ellos. Después de esta acción de gracias, el próximo paso es recordar nuestros estados de ánimo y sentimientos, buscando si es posible, las causas de ellos; pero siempre evitando juzgarse por ellos. Permanezcan en Cristo mientras contemplan estas situaciones, y ruéguenle que les muestre las actitudes que las causan. Lo importante es evitar el análisis de nuestra experiencia, sino que contemplarla en la Presencia de Cristo, y permitirle que Él nos muestre cuando le hemos permitido estar en nosotros, y cuando lo hemos impedido. Agradézcanle por las veces que hemos dejado que su Gloria nos acompañe, y pedir su perdón por las veces que la hemos rechazado. Él nunca rechaza su perdón. Conoce nuestras debilidades mucho mejor que nosotros. Todo lo que tenemos que hacer es mostrárselas, y Él las transformará en fortalezas. Podemos finalizar con una oración breve, que se enfoca en el día de mañana y le pide la ayuda que necesitamos al Señor. Guía La Presencia de Dios Hago una pausa y reflexiono sobre el Amor y la Gracia que Dios vierte sobre mí, creándome a su imagen y semejanza, transformándome en su templo... Conciencia de la Presencia de Dios Si se nos pregunta sobre qué otra palabra podemos usar en vez de "Dios", la respuesta podría ser "Presencia", pues eso es lo que Dios es. Cuando Moisés le preguntó a Javé su nombre, Javé contestó "Soy el que Soy", lo que significa "Estoy Presente". Dios está diciendo "Estaré allí para ustedes". Dios está íntimamente presente en todo, y especialmente en nosotros. El nombre de Jesús es Emmanuel, que significa "Dios está con nosotros". El Evangelio de Mateo finaliza con esta maravillosa declaración: "Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia". 


Ejercicio corporal 

Siéntate en tu silla, derecho(a) pero confortable, con tu espalda apoyada en el respaldo. Deja que tu cuerpo se relaje, sin encorvarse, con tus pies apoyados en el suelo y tus manos descansando en tus muslos o unidas en tu regazo. Cierra tus ojos, o fíjalos en un punto frente a tí. Ahora, enfoca toda tu atención en lo que puedes sentir en tu cuerpo. Puedes comenzar en tus pies y seguir hacia arriba, dejando que tu atención se detenga, por unos segundos, en cualquier parte del cuerpo; luego cambia tu atención a otra parte del cuerpo y así sucesivamente. Si puedes mantener tu atención en una parte, mejor. Tu atención es sobre lo que sientes, no sobre tus pensamientos sobre sentir. Si no estás cómodo(a), sientes picazones o deseas cambiar de postura, sólo asume la molestia; asegúrate que todo está bien, y sin moverte, continúa enfocando tu atención a las sensaciones de tu cuerpo. Nuestra mente generalmente no nos deja en paz al hacer esto; pero comienza a entender 


Ejercicio de respiración 

Este ejercicio exige concentrar toda tu atención en las sensaciones físicas de respirar hacia adentro (aspirar) y hacia afuera (espirar), sin deliberadamente cambiar el ritmo de tu respiración. Enfoca tu atención en sentir el aire frío que entra por tu nariz, y el aire tibio que sale al espirar. Al comienzo puede que mantengas la consciencia que estás respirando y eso cause que ella se torne irregular; pero esto no ocurre con frecuencia. Si así ocurre, y llegas a sentirte sin aliento, deja este ejercicio para otra oportunidad. La mayoría de las personas encuentran que en este ejercicio su respiración cambia, el aliento se vuelve más profundo y lento, y comienzan a sentirse adormilados(as). Este es un muy buen ejercicio de relajación; si deseas usarlo para orar en forma explícita, entonces deja que el aspirar refleje todo lo que deseas en tu vida, aunque parezca imposible, y que el espirar represente la entrega a Dios de todo lo que posees, toda tu vida con tus preocupaciones, pecados, culpas y arrepentimientos. Es importante hacer esto sin juzgarse, ya sea con aprobación o desaprobación. Mantén fija tu atención en tu deseo de entregar todas estas preocupaciones sobre tu persona, y no te aferres a ellas como si fueran un tesoro. Ejercicio de escucha Siéntate en tu silla, derecho(a) pero confortable, con tu espalda apoyada en el respaldo. Ahora fíjate en los sonidos que puedes escuchar, sonidos lejanos. Sólo escúchalos, no trates siquiera de nombrarlos... Fíjate en sonidos más débiles, y luego sonidos cercanos. Sólo escucha, vuélvete consciente de ellos. También del sonido de las palpitaciones de tu corazón, débil pero representando el ritmo de tu vida... Y el sonido del silencio en tu lugar de oración, el silencio en tu interior... Escúchalo por unos minutos... 


Conciencia de la Presencia de Dios 

Seguimos Orando Guía La Libertad 

Muchos países sufren hoy las agonías de conflictos y guerras. Inclino mi cabeza y agradezco mi libertad. Ruego a Dios por todos los prisioneros y cautivos. Oración por la Libertad Esta oración nos ayuda a colocarnos a la disposición de Dios. San Ignacio describe esta "Oración preparatoria", como la petición de la gracia que todas mis intenciones, acciones y realizaciones sean dirigidas solamente a la alabanza y el servicio de la Divina Majestad (Ejercicios Espirituales N° 46). Ustedes pueden ensayar estas palabras: Señor, deseo prepararme bien para este momento. Deseo que todo mi ser esté listo, atento y dispuesto para Tí. Te ruego me ayudes a clarificar y purificar mis intenciones. Tengo deseos tan contradictorios. Me preocupan cosas que realmente no importan o no permanecen. Yo sé que si te entrego mi corazón, todo lo que haga después será seguir a mi nuevo corazón. Todo lo que ahora soy, todo lo que trato de hacer, todos mis encuentros y reflexiones, incluso mis frustraciones y caídas, especialmente en este tiempo de oración; en todo esto pueda yo colocar mi vida en Tus Manos. Señor, pertenezco a Tí: haz de mí lo que quieras. Amen Seguimos Orando Guía La Conciencia En la Presencia y Amor de Dios, recuerdo paso a paso el día que termina, comenzando por este instante y mirando hacia atrás, momento a momento. Recojo y guardo todo lo bueno y luminoso, con mi gratitud. Pongo atención a las sombras y lo que ellas me dicen, y busco la sanación, la valentía y el perdón. 


Guía Exámen de Consciencia 

Qué es un examen de consciencia? Si es verdad que Dios trabaja en cada detalle de nuestras vidas, ¿cómo comenzamos a reconocer sus acciones y nuestras reacciones? Al final del día, especialmente antes de dormir, nuestra mente, sin esfuerzo conciente nuestro, tiende a repasar algunos de los sucesos del día, en forma tan vívida, que si el día ha sido particularmente activo, podremos tener dificultades para conciliar el sueño. Nos podemos encontrar reviviendo una discusión, pensando en los inteligentes argumentos que podríamos haber usado si hubiéramos sido mas preparados... Un exámen de consciencia se basa en esta tendencia natural de la mente. Nos puede ayudar a estar más atentos a la Presencia y a la Acción de Dios en nuestra vida diaria, y a ser más sensibles si estamos colaborando con la Gracia de Dios, o si la estamos rechazando. Cómo hacer un exámen de consciencia Permite que tu mente recorra a lo largo de las últimas 24 horas, evitando enjuiciarte, ya sea con aprobaciones o desaprobaciones, y enfocándote sólo en los momentos por los cuales estás agradecido(a). Los días más difíciles incluyen buenos momentos, si sólo nos molestamos en buscarlos: puede ser el contemplar una gota de rocío, o simplemente el hecho que podamos ver.. Cuando las personas hacen este ejercicio, se sorprenden por el número y la variedad de buenos momentos del día, los cuales los habían olvidado, quizás ocultados por las experiencias dolorosas del día. Al recordar los momentos por los cuales estamos agradecidos, agradezcan y alaben a Dios por ellos. Después de esta acción de gracias, el próximo paso es recordar nuestros estados de ánimo y sentimientos, buscando si es posible, las causas de ellos; pero siempre evitando juzgarse por ellos. Permanezcan en Cristo mientras contemplan estas situaciones, y ruéguenle que les muestre las actitudes que las causan. Lo importante es evitar el análisis de nuestra experiencia, sino que contemplarla en la Presencia de Cristo, y permitirle que Él nos muestre cuando le hemos permitido estar en nosotros, y cuando lo hemos impedido. Agradézcanle por las veces que hemos dejado que su Gloria nos acompañe, y pedir su perdón por las veces que la hemos rechazado. Él nunca rechaza su perdón. Conoce nuestras debilidades mucho mejor que nosotros. Todo lo que tenemos que hacer es mostrárselas, y Él las transformará en fortalezas. Podemos finalizar con una oración breve, que se enfoca en el día de mañana y le pide la ayuda que necesitamos al Señor. 


Oración Breve 


Señor, me conoces mejor de lo que me conozco. Tu Espíritu domina cada momento de mi vida. Gracias por el amor y las gracias que vuelcas sobre mí. Gracias por tu constante y gentil invitación a que Te permita entrar en mi vida. Perdóname por las veces que he rechazado esa invitación, y me he apartado de Tí. Ayúdame, durante el día de mañana, a reconocer Tu Presencia en mi vida, a facilitar mi apertura hacia Tí, a permitir que trabajes en mí para Tu mayor Gloria. Amén.

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