Consuelo

 “«Consuelo» es una de las palabras clave para entender el mensaje bíblico, porque nos revela el auténtico rostro de Dios. Así, en el profeta Isaías podemos leer: «Consolad, consolad a mi pueblo –dice vuestro Dios» (Is 40,1). El consuelo es, por una parte, una prerrogativa de Dios; pero, por otra, una acción en la que podemos participar los seres humanos.

Consolar significa calmar, aliviar, apaciguar. Es decir, en caso de que se produzca un mal, un dolor o una desgracia, el consuelo hace más llevadero el sufrimiento sin llegar a eliminarlo, aplaca la virulencia de la pena, serena el ánimo de la víctima, transforma la angustia en paz.

Si bien el consuelo no consigue frenar la embestida de las adversidades, sí aligera sus efectos. No impide que seamos fustigados por los reveses de la vida, pero detiene el avance de la congoja que nos sume en la desesperación.”


Pasaje de: Otón, Josep. “La mística de la Palabra.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks. 

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