El bien y el mal se contagian
“Para la mentalidad bíblica, lo puro y lo impuro –es decir, el bien y el mal– se contagian. Se trata de un principio fundamental acorde con el sentido común. Sabemos que en la configuración de nuestro comportamiento intervienen muchas circunstancias. Mientras que algunas dependen directamente de nosotros, otras escapan a nuestro margen de maniobra. Aunque no siempre está en nuestra mano decidir ser buenos o malos, podemos escoger acercarnos a personas que nos hacen mejores, acudir a lugares donde se respira el bien, participar en ambientes donde se generan buenos sentimientos. La sabiduría popular ya nos indica: «dime con quién andas, y te diré quién eres».”
Pasaje de: Otón, Josep. “La mística de la Palabra.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks.
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