El cristianismo no pierde valor
“¿Pierde valor, precio o aprecio? El cristianismo no pierde valor. Defiende al ser humano, la vida, la amistad, el afecto, la familia, la comunidad, la persona, el servicio, la solidaridad, el respeto, la sobriedad, el perdón, el arrepentimiento, el compromiso, el diálogo, la libertad... Eso nunca pierde su valor, diga lo que diga el mercado, haya demanda o no.
Son valores firmes, sólidos, que no cotizan en bolsa, pero sobre los que podemos edificar una vida estable, rica y gratificante.”
Pasaje de: Otón, Josep. “La mística de la Palabra.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks.
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