Nuestra mirada ha huido de la Luz

 “Gozamos de muchos paraísos que no siempre sabemos apreciar adecuadamente. No somos agradecidos, ni la alabanza fluye con naturalidad. No los acogemos como un don. Entonces nuestra mirada se tiñe de negatividad y, como los fariseos, solo vemos errores, pecados y equivocaciones.

El problema no es qué hace Dios, sino si somos conscientes de ello. Nos cuesta creer que Dios sea bueno, porque nosotros no lo somos. Este negativismo eclipsa la luz y nos sumerge en la oscuridad. Parece que la luz no brilla lo suficiente, cuando en realidad nuestra mirada ha huido de ella.”


Pasaje de: Otón, Josep. “La mística de la Palabra.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks. 

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