Presencia viva de Dios

 “Entonces el ser humano se convierte en sarmiento de la Vid verdadera que da fruto abundante (Jn 15,1). Es presencia viva de Dios, palabra encarnada, portador de la gracia, signo visible del Dios invisible, irrupción del Eterno en medio de la historia.

Jesús se manifiesta a los apóstoles y no al mundo, porque quiere que a través de sus discípulos el mundo crea. Como le han conocido, le dan a conocer.”


Pasaje de: Otón, Josep. “La mística de la Palabra.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks. 

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