Renunciar al deseo de poseer
“Con frecuencia, acumular riquezas que nos dan seguridad nos distrae de Dios. No tenerlas y ambicionarlas, también. Es necesario silenciar los apetitos, ayunar de proyectos, aquietar las ilusiones, acallar los pensamientos, renunciar al deseo de poseer para atisbar a un Dios que se revela con suavidad, sin violentar a su criatura.”
Pasaje de: Otón, Josep. “La mística de la Palabra.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks.
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