Conservar perfectamente en su corazon el recuerdo de Dios

 El obrero de la santidad debe animosamente correr en espiritu hacia la meta (cf Flp 3, 14) para conservar perfectamente en su corazon el recuerdo de Dios, tal como se hace con una perla fina o una piedra preciosa. Debemos abandonarlo todo, despreciar nuestro cuerpo y la vida presente para tener en nuestro corazon solamente a Dios...


Filoteo el Sinaita, citado en La Filocalia de la oración de Jesús, 7a. ed., Salamanca, Ediciones Sígueme, 2004, p. 119.

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