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Mostrando las entradas de septiembre, 2021

Folleto sobre la oración, Anthony Bloom

“En su maravilloso folleto sobre la oración, Anthony Bloom cuenta cómo el staretz Silouan, el sencillo campesino ruso fallecido en 1938 en el Monte Athos, oraba por su compañero Nicholas, que trabajaba con él en el taller del monasterio: «Al principio rezaba con lágrimas de compasión por Nicholas, por su joven esposa, por su criatura; pero a medida que seguía rezando, el sentido de la presencia divina empezó a crecer en mí, y perdí de vista a Nicholas, a su esposa, a la criatura, sus necesidades, su pueblo... Y solo era consciente de Dios y me dejé llevar más y más profundamente por la sensación de la presencia divina, hasta que de pronto, en medio de esa presencia, me encontré con un amor divino que abrazaba a Nicholas, a su esposa y a la criatura. Entonces, con el amor de Dios comencé a orar de nuevo por ellos, pero otra vez me dejé llevar a lo más profundo, y en las profundidades volví a encontrar el amor divino»1.” Pasaje de: Henri J.M. Nouwen. “El discernimiento.” Grupo de Comunic...

Dios es más grande que mis sentidos

“Mi hora diaria con Dios no es un momento de oración profunda en el que contemple los misterios divinos o sienta una especial cercanía de Dios. Al contrario, está llena de distracciones, nerviosismo interior, confusión y aburrimiento. Casi nunca satisface mis sentidos, si es que alguna vez lo consigue. Pero a pesar de que no siento el amor de Dios del modo en que siento un abrazo humano, a pesar de que no oigo una voz como escucho palabras humanas de consuelo, a pesar de que no veo una sonrisa como veo un rostro humano..., a pesar de todo eso, el Señor me habla, me mira y me abraza allí. La forma en que tomo conciencia de la presencia divina es ese gran deseo de regresar a aquel lugar tranquilo y pasar allí un rato sin ninguna satisfacción real. Y me doy cuenta, quizá retrospectivamente, de que mis días y semanas son distintos cuando los unen estos momentos comunes e «inútiles». Dios es más grande que mis sentidos, más grande que mis pensamientos, más grande que mi corazón. Sí creo que...

Hora diaria dedicada a Dios

“Cada mañana, a solas o en compañía de otros, paso una hora rezando y meditando en silencio. He dicho «cada mañana», pero en realidad hay excepciones. De hecho, el cansancio, el ajetreo y las preocupaciones a menudo me sirven de excusa para no orar, si bien es cierto que sin esa hora diaria dedicada a Dios, mi vida pierde su coherencia, y empiezo a vivir los días como una serie de incidentes y accidentes inconexos, más que como citas y encuentros divinos.” Pasaje de: Henri J.M. Nouwen. “El discernimiento.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks.  Es posible que este material esté protegido por copyright.

Libre para ser un peregrino

 “Vivir o no en Lima durante cinco, diez o veinte años no era objeto de una decisión trascendental; volverse hacia el Señor por completo, incondicionalmente y sin miedo, sí lo es. Él me recuerda que no tengo una morada permanente en la tierra, que soy un caminante que se dirige al lugar sagrado en que Dios me sostendrá en la palma de su mano. Esta profunda conciencia me hace libre para ser un peregrino, para orar sin cesar y para estar agradecido.” Pasaje de: Henri J.M. Nouwen. “El discernimiento.” Grupo de Comunicación Loyola. iBooks.  Es posible que este material esté protegido por copyright.

Relación interpersonal dinámica, transpersonal y espiritual vehículo para la presencia y la dirección divinas

“Alguien que me enseñó lo importante que es aprender a escuchar no solo a personas como la Madre Teresa, venerada por muchos, sino también las voces de las personas con quienes convivimos más íntimamente, fue el padre Thomas Philippe. El padre Thomas es un sacerdote dominico que, junto con Jean Vanier, cofundó la comunidad de El Arca en Trosly, Francia, a mediados de los sesenta. Aunque ha fallecido, se le sigue considerando el padre espiritual de la comunidad. Pasamos muchas horas hablando de cómo una relación íntima e intensa con la pareja, los padres, los hijos o un amigo crea una relación interpersonal dinámica que es también transpersonal y espiritual y que, por tanto, puede convertirse en vehículo para la presencia y la dirección divinas, aunque con limitaciones. En muchos casos, las relaciones primarias de las personas que llegan a El Arca se han visto dañadas o deterioradas a causa de la dificultad que supone el vivir con una discapacidad. Uno de los aspectos más curativos de E...

Relación con Dios en tanto que Padre/Creador, Hijo/Redentor y Espíritu/Apoyo

“Como teólogo, percibía todas las relaciones humanas como «signos que apuntan a la vida interior de Dios». A menudo, nuestros tres tipos primarios de relaciones son con los padres que nos han criado, con amigos cercanos a los que consideramos iguales, y con la familia más cercana con la que convivimos (pareja o comunidad). Estas relaciones primarias reflejan nuestra relación (o falta de relación) con Dios en tanto que Padre/Creador, Hijo/Redentor y Espíritu/Apoyo. Estas relaciones, para bien o para mal, pueden llevarnos a una comunión más íntima con el Dios trino. Al principio, esto puede parecer idealista. Pero, una vez que estamos dispuestos a ver a las personas como signos vivientes, y toda la vida como la manifestación continuada del amor divino, podemos empezar a ver a través de las relaciones de nuestra vida como dones de Dios que ayudan a moldearnos y darnos forma, recordándonos la calidad interna del propio amor de Dios.” Pasaje de: Henri J.M. Nouwen. “El discernimiento.” Grupo...

Discernimiento en soledad

La comunión con Dios en la oración lleva inevitablemente a la comunidad con el pueblo de Dios y, más allá, al ministerio en el mundo5. Pero comenzar este movimiento espiritual en soledad es bueno. Nuestro primer cometido en soledad consiste simplemente en permitirnos a nosotros mismos tomar conciencia de la presencia divina: «¡Rendíos y reconoced que soy Dios!» (Sal 46,10). Cuando estamos a solas con Dios, el Espíritu ora en nosotros. El reto consiste en desarrollar una sencilla disciplina o práctica espiritual que cada día ocupe momentos y espacios vacíos. Cuando fui a la abadía, había empezado a ver el domingo como un día especial, mientras que todos los demás días se desdibujaban en medio del trabajo y el estudio. Mediante el ritmo sagrado de las oraciones comunitarias, empecé a verme abocado a una nueva manera de percibir el tiempo y a una nueva manera de experimentar la presencia divina. De nuevo era capaz de abrazar la soledad, con todos los pensamientos desorientadores y descora...

PEREGRINACIÓN ESPIRITUAL A TRAVÉS DEL EVANGELIO

 Anthony Bloom MEDITACIONES SOBRE UN TEMA  PEREGRINACIÓN ESPIRITUAL A TRAVÉS DEL EVANGELIO ANTHONY BLOOM PREPARACIÓN PARA EL VIAJE Ciñamos nuestra cintura   GRACIA/ESFUERZO: Contrariamente a lo que muchos piensan y sienten, un periodo de trabajo espiritual (durante la cuaresma, quizás, o al tomar parte en unos ejercicios) es un tiempo de alegría, porque es un tiempo para entrar dentro de uno mismo, un período en el cual podemos volver a vivir. Debe ser un tiempo en el que sacudimos todo lo que ha nacido y muerto en nosotros, a fin de hacernos capaces de vivir, y de vivir con toda la amplitud, con toda la profundidad y con toda la intensidad a que hemos sido llamados. Si no entendemos esta cualidad de alegría, haremos de él una caricatura monstruosa y blasfema, convirtiendo nuestra vida en nombre mismo de Dios en una desgracia para nosotros y para los que han de pagar el precio de nuestros abortados intentos de santidad. Vincular esta noción de alegría a un esfuerzo enérgi...

La salvación consiste en restaurar la imagen divina en el hombre

La salvación consiste en restaurar la imagen divina en el hombre, cuyo pórtico es entrar dentro de sí mismo, «volver al corazón», y su meta la visión: "Dios se deja ver por medio de su imagen renovada en ti". Los Padres explican ampliamente en qué consiste esta imagen divina: en su dignidad real o dominio sobre la creación, en su naturaleza espiritual, su inteligencia y libertad, en la simplicidad e inmortalidad del alma. San Bernardo, En la escuela del amor, Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1999, p. XX.

Nuestras acciones deben ser testimonio de nuestra unión con El

En realidad, todos cuanto hemos sido bautizados en Cristo y nos hemos «vestido de Cristo» como nueva identidad, estamos obligados a ser santos como Él es santo. Estamos obligados a vivir una vida digna, y nuestras acciones deben ser testimonio de nuestra unión con El. El deberá manifestar su presencia en nosotros y a través de nosotros.  Merton, Thomas, Vida y santidad, Santander, Sal Terrae, 2006, p. 26.

El camino que conduce a la humildad

Esos muros y barreras contienen nuestra angustia, pero también lo que hay de más bello en nosotros. Debemos purificarnos de nuestra necesidad de dividir el mundo, la sociedad, los grupos y a los individuos en «buenos» y «malos», considerando nuestro propio grupo, nuestro país, nuestra religión, nuestra clase social, como la élite, como lo mejor. Y, sobre todo, nos vemos llamados a abandonar nuestras compulsiones y a purificarnos de nuestra sed de poder, de admiración, de tener siempre la razón. Nuestras murallas de temores, prejuicios y odios deben ir desapareciendo poco a poco para poder liberarnos de la cerrazón que nos impide abrirnos a un nuevo conocimiento de lo infinito y de los demás. Pero el camino que conduce a la humildad, la paz y la justicia conlleva un largo y arduo combate, como lo expresa con toda claridad el patriarca Atenágoras de Constantinopla en su poema "Estoy desarmado": «Hay que librar la guerra más dura, que es la guerra contra uno mismo. Hay que llega...

La paz del corazón

La paz del corazón es algo muy personal que brota del interior de nuestro ser. Implica madurar interiormente y llevar a cabo obras de justicia y de misericordia, así como actos de amor. Llega cuando vivimos en armonía con nuestra familia o comunidad, o bien en momentos pacíficos de reflexión y aceptación interior. El filósofo alemán Josef Pieper denomina «momentos de gratuidad» aquellos en los que logramos estar solos con «ese silencio que es previo a la percepción de la realidad; sólo el silencio escucha». «Dadas las presiones sobre la plaza pública, debemos mantenernos vigilantes y conscientes frente a las influencias hostiles que envilecen nuestra dignidad. Una de las trampas más insidiosas es el odio a uno mismo. No será posible la gratuidad mientras no hayamos conseguido nuestra unificación interior. Tenemos tendencia a trabajar demasiado: es puro escapismo, una forma de intentar justificar nuestra existencia, cuya única justificación es que Dios nos ama. Tememos relajarnos y aban...

Sólo puedo recibir a Jesús en mí si recibo al pobre que hay en mi interior

Fue una carta del psicoanalista Carl Jung, discípulo de Freud, lo que me ayudo en aquella época a comprender algo importante. Jung escribía a una de sus corresponsales cristianas estas palabras que cito de memoria: «Admiro a los cristianos porque en quien tiene hambre o sed veis a Jesús. Cuando acogéis a un extraño, a alguien diferente, acogéis a Jesús. Cuando vestís a alguien que está desnudo, vestís a Jesús. Lo considero muy hermoso, pero lo que no comprendo es cómo nunca veis a Jesús en vuestra propia pobreza. Queréis hacer siempre el bien al pobre que está en el exterior y, al mismo tiempo, negáis al pobre que está en vuestro interior. ¿Por qué no podéis ver a Jesús en vuestra propia pobreza, en vuestra hambre y vuestra sed?; ¿no veis que también hay un enfermo en vuestro interior, que también vosotros estáis encerrados en una cárcel de miedos, que en vosotros hay cosas extrañas: violencia, angustia, cosas que no controláis y que son ajenas a vuestra voluntad? En vuestro interior h...

La felicidad consiste en aceptar y elegir la vida

La felicidad no viene del exterior, de las cosas que poseemos o del poder de nuestro grupo, sino del interior, de ese lugar sagrado que hay en nosotros. Nos resulta muy fácil ilusionarnos pensando, bien que somos el centro del universo, bien que no valemos nada. ¡Enseguida nos imaginamos que, si perteneciéramos a tal grupo o su tuviéramos más dinero, seríamos más felices! Cualquiera de nosotros puede dejarse seducir por falsos profetas con falsas promesas de felicidad; pero una vez seducidos por tales quimeras, pronto nos descentramos, paralizados por la ira o la desesperación. La depresión también puede hacernos naufragar. Nos da vergüenza habernos dejado atrapar por esas ilusiones, e incluso podemos llegar a sentir vergüenza de existir. La felicidad consiste en aceptar y elegir la vida, no en padecerla con desgana. La felicidad nos llega cuando nosotros mismos elegimos ser lo que somos, ser nosotros mismos aquí y ahora; cuando elegimos la vida tal como es, con sus alegrías, sus sufri...

Ser artífice de la paz significa...

 Ser artífice de la paz significa no juzgar, no condenar y no hablar mal de los demás. No alegrarse de lo malo que pueda sucederles. Ser artífice de la paz significa tener a todos amorosamente presentes en la oración, pidiendo lo mejor para ellos, incluso la libertad. Ser artífice de la paz significa acoger a los débiles y necesitados, aunque sólo sea con una sonrisa: apoyarlos, regalarles nuestra gentileza y nuestra ternura y abrirles nuestro corazón. Significa también acoger a aquellos con quienes podríamos tener problemas, a quienes no queremos demasiado, a quienes son diferentes a nosotros, ya sea cultural, psicológica o intelectualmente. Vanier, Jean, Busca la Paz, Sal Terrae, Santander, 2006, p. 70.

No tenemos la vida plena en nosotros

No somos Dios. No somos los salvadores del mundo. No vivimos la vida en plenitud. Siempre existirá dentro de nosotros un vacío, una profunda vulnerabilidad y angustia, una sed no saciada, un punto de insatisfacción. Continuamente intentamos superar los límites que nos aprisionan, en busca de aquello que podría colmarnos. Aspiramos siempre a algo más, y cuando hemos alcanzado el tan codiciado tesoro, volvemos a caer en la insatisfacción, como un niño que quiere otro juguete, ¡siempre más juguetes! Si no poseemos ese «más», tendemos a acusar al otro que tiene más, que nos impide tener más. Juzgamos y condenamos al «otro», al diferente, al que posee algo que nosotros no tenemos. Nos sentimos profundamente celosos porque no tenemos la vida plena en nosotros. Tenemos miedo a reconocer nuestras propias heridas, nuestras faltas, nuestra debilidad, tenemos miedo a reconocer lo que hay de más profundo en nosotros, nuestra belleza interior, nuestro valor. Vanier, Jean, Busca la Paz, Sal Terrae, ...

Nuestra eterna búsqueda de infinito

Ya hice alusión a nuestra eterna búsqueda de infinito. Lo limitado no nos satisface plenamente. Existe en nosotros una angustia que nos impulsa siempre a buscar más: más poder, más placer, más dinero, más amor, más amigos, más sabiduría, más reconocimiento, y hasta me atrevería a decir que más Dios. La humanidad permanece siempre en movimiento, evoluciona, investiga, espera... Y en lo profundo de cada persona se da esta búsqueda de lo ilimitado, de lo infinito. Una búsqueda que revela el carácter sagrado de todo ser humano. Este carácter sagrado no está desconectado de nuestros cuerpos. Lo infinito se encarna en nuestros cuerpos, y éstos, a su vez, están ligados a la tierra y al universo. Todo está ligado, todo lo que es vida se conecta. Cada especie es importante y valiosa. Nuestra sed de infinito podrá comenzar a saciarse cuando tomemos conciencia de la presencia de lo Infinito. No podemos superar la cerrazón en la seguridad de nuestra familia, de nuestra cultura, de nuestro grupo pa...

LA HORA DE DIOS (Miguel de Unamuno)

 LA HORA DE DIOS (Miguel de Unamuno) Ya estás sola con Dios, alma afligida, su silencio amoroso, que te escucha, te dice: ¡Corazón, viértete todo, vuelve a tu fuente! ¿Qué tienes que decirle? ¡Vamos, habla! Confiésate, confiésale tu angustia, dile el dolor de ser, ¡cosa terrible!, siempre tú mismo. ¡Oh, Señor, mi Señor; no, nunca, nunca! ¿Qué es ante ti verdad? ¿Cómo saberlo? ¡Mejor que yo tú me conoces, sabes tú mi congoja! Si intentara mostrarte mis entrañas mentiría, Señor, aun sin quererlo, a tu silencio es el silencio sólo debida ofrenda. ¡Soy culpable, Señor, no sé mi culpa; soy miserable esclavo de mis obras; no sé qué hacer de esta mi pobre vida; tu voz espero! ¡Habla, Señor, rompa tu boca eterna el sello del misterio con que callas, dame una señal, Señor, dame la mano, dime el camino! Voy, perdido, Señor, ¿cómo encontrarte? De tu mano el castigo es quien me enseña que pequé, mas ¿en qué, dime en qué estriba, Señor, mi culpa?   Soy culpable, lo sé, mas no conozco la cu...

Sobre el Evangelio de Juan

INTRODUCCIÓN EL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN Mientras que los otros tres Evangelios constituyen una narración histórico-teológica de la vida de Jesús, el que se atribuye a Juan parece más bien un teatro, un “espectáculo" en el que se "ve" a quien “habla”. Es un tejido de diálogos y largos monólogos, con breves indicaciones de lugar, tiempo y acciones: su protagonista es la Palabra misma, encarnada en Jesús, para manifestarse al mundo y entrar en diálogo con Él. Es el drama del encuentro / desencuentro entre el hombre y su Palabra, por la cual y para la cual ha sido creado. Realmente nuestro destino se juega en la palabra que se intercambia, la cual así como puede florecer en la comunicación, la comunión y la felicidad, puede también abortar en la incomunicación, en la soledad y en la angustia. Para nosotros todo depende de la palabra, que puede producir verdad y luz, libertad y amor, gracia y vida o, por el contrario, provocar error y tinieblas, esclavitud y odio, pose...